Antonio Jose Alcada

Vidas de suerte

Aire frío y húmedo, el hombre del mar sale rezando pensando en el regreso, creyendo en el boletín del tiempo. Cuántas veces no informa qué clima será suave, pero cuando llegan lejos de la costa las vacantes casi se tragan la embarcación con el viento helado del Norte. Y nada se puede hacer, sino rezar a la Virgen protectora, porque sin faina, no se vende y nadie tiene sustento para comer mañana. Por eso la pesca es un juego de suerte, que no siempre corre como se espera, quedando a muchos hombres enterrados en el mar revuelto mientras su alma descansa en paz.