Azhcari

Cuerpo amante

Como dos que se necesitan y se niegan

Así siento y sentí tu cuerpo amante.

El rubí, el yerro, un trozo de tierra

La fuerza ronca del buey que como un río

Descarga su placentera fuerza

Y mira que río y río

Que te muestro mis dientes, pero aun así no puedo tenerte

Dime, ¿Qué hacer, entonces?

De súbito, algo parece estremecerse

Una maraña de espinas rosas, brillan

Una madeja que enredada se desovilla

Un enjambre de abejas abandona su celda

La urdiembre hundida debajo de nuestra tierra

Comienza a moverse

Y de repente… vemos que son nuestros restos

Una gota de rocío negro, cae sobre nuestras cienes

Marcando un tiempo exacto y negro

¿Por qué me temes?

Tibio, limpio, audaz como un bello narciso pudiente

Me miras

Nada pudo darte y tú…

No digas nada, no es necesario

 ya lo sé…

Tú, nada puedes ofrecerme.

y es así que carentes de todo

sin fin, ni utilidad

llenos, precipitados e insipientes

como el río se ofrece a sus rocas en la pendiente,

fluyes furioso al interior de mi vientre

primero actúas heroico para luego dejarte ir torpemente

y desde luego sobre, el final

languideces, languideces, languideces

porque morir no siempre es morir

porque vivir también es un vivir la muerte

Porque como cuerpos amantes morir nos pertenece.