Amado Dios, sentí que me abandonabas y llore con desconsuelo.
Pero abrí mis ojos y ahí estabas, con tus brazos abiertos y tus ojos tristes
de ver que aunque estuvieras presente, yo no te miraba porque ciega me encontraba
Con las cosas del mundo que me atropellaban y mi corazón suspiraba,
porque creí que ya no me querías, pues mis errores me inundaban
Luchaba y luchaba, pero había algo que me detenía verte y era mi egoísmo, mi terquedad
mi ego agrandado.
Me detengo un rato y siento tu aroma a verdad, a amor puro, y llore y llore y por primera vez
me abandone a tus brazos, herida en el alma sin poder casi respirar.
comprendí que tu amor, era mas grande que mi dolor, por mi gran debilidad no me podía sostener
me alzaste, con tus brazos y tu bondad, por primera vez, sentí que conocería un amor de verdad.
Tan dulce y puro, me perdonaste y poco a poco recupere las ganas de vivir, pero muy cerca de ti.