Cuando cierro los ojos y te pienso
quieren mis recuerdos tocarte
aún en silbido acariciarte,
Con un gemido hijos engendrarte;
de mi voz a ti elevarte
en alabanzas exaltarte.
Oh cuando me creaste
pronto de mí te recordaste.
Me hiciste llorar tanto
que mi alma lo libraste,
mis pasados enjugaste
sin mancha me dejaste.
Con clamor me forjaste;
en el dolor de mis cuerdas
no podía solo pararme.
¡Aún te amé más!...
de suspiro en suspiro,
¡oh! tu voz me regalaste.
En un suspiro se va mi alma
para a tus pies postrarme
y en una nota elevada
mi espíritu darte
para que tus ángeles al llevarme
pueda yo para siempre amarte.