EL QUETZAL EN VUELO

CUANDO LA NADA, SE CONVIERTE EN EL TODO

Yo sé que en tu caminar, encontrarás otras muchas plumas que exalten tus atributos, físicos o poéticos. Que sabes poner celosa a la noche de cualquier otoño, que cuando ríes son los mismos dioses quien dibuja tu sonrisa y que todas las canciones existentes en cualquier repertorio, siempre te tendrán a ti como destino final y que siempre te cobijaras con ese manto de vanidad.

 

Eres una mujer con tus emociones en equilibrio, jamás te excedes en tus gustos e inclinaciones, de coqueteo medido y brillo en tus mejillas controlado. También sé, que gustas de mis versos, que disimulas no leerme y que haces como que te aburren por lacrimógenos, por el desprecio y desamor que a veces llevan y que bien sabes lo que realmente lleva el regalo dentro de la caja sin moño.

 

Nuestra historia, no tiene historia y el poema nuestro aún no hemos puesto la primera letra. Solo han sido invitaciones, sugerencias, un perseguirte por todas las redes y mostrarte lo que inspiras, que sepas que eres mi musa y que, sin tus letras, sin tus apariciones y sin verte sonreír en bailando en mi cuaderno, cantando en mi guitarra, nada tiene sentido. Tu eres mi todo sin tené aun nada.

 

Somos una risa sin esbozar aun, apenas el contento de mi alma y regocijo de mi corazón. Tus buscas mis l y encuentras mis letras por todos lados y haces de ello solo un molesto encuentro accidental, pero tu sonrisa delata el gozo encerrado de tu pasión por los paisajes de mis letras, su color sabor y sobre todo como reconoces el paso de mi pluma por tus sentimientos más ocultos, ¡no lo niegues!

 

A pesar de mis horas de vuelo y tu distancia. Sé muy bien que por mas que estire el alfabeto, mis letras no alcanzan a tocar ni siquiera la falda larga de tu vestir, pero cuando de noche te vistes de luna y pides al cielo inspiración, bajo como sentimiento, tomo tu mano y escribes las más bellas rimas, que envidiaría hasta Lope de Vega y ponen celoso a Neruda y feliz a la luz de tus ojos claros.

 

LENNOX

EL QUETZAL EN VUELO