Esteban Mario Couceyro

El primer deseo.

Te amo y quiero

como el deseo de la tormenta

es irresistible

me levanto en esos nubarrones negros

que del poniente aparecen.

La cercanía, tus aromas

embriagan mis sentidos

y solo atino a mirarte

y dejar que seas la tierra

y yo los vientos liberados

que se desatan

en los más delicados besos

dejados latentes

en lo que está dejando de ser

tu cuerpo enamorado

para ser el todo

y yo la nada

para que la tormenta concluya

en imágenes iridiscentes

de nuestro encuentro.

Todo está

como entonces

antes de la primer mirada

del primer deseo.