Tan miserable y abyecto,
aquel que usa la ecología,
para hacer el mal cada día.
Tirar tartas a la Gioconda,
lejos de proclamar guerra,
Proclama fechoría.
Y si hombre humano y
Corte Suprema no te castigan,
que sea Dios divino quien te envie,
Al infierno de donde las almas van y vienen.
Tal crimen merece ser pagado con tal condena,
Pues atacar al arte y a la historia,
Nos deja como personas con pena y sin buenas intenciones.
Dios quiera que te multen y que la multa sea plena,
Para que vuesamerced cumpla y salde su condena,
Pero entienda vusté que esto no merece la pena.
Destruir patrimonio, cometer fechorías,
decir que es un acto de expresión o rebeldía…
¡No señor! ¡No señora! ¡No señoría!
¡Ha de pegar!
¡Ha de pagar!
Por el mal que hizo.
¡Ha de retribuir!
¡Ha de retribuir!
Para saldar su condena,
Y comprender que no hay delito sin pena,
ni crimen sin condena.