Virginia de Albán

GLOSARIO INAGOTABLE

 

 

Anoche te sentí despuntar

 tras las ardientes murallas

de mi habitación,

aún bruñidas por tu luz.

 

¡Acaso es que te quedaste merodeando

en las evasivas entregas de mi cuerpo!

 

Porque deslizante yo te espero,

como en todas las noches sostenidas,

quizá, por demasiadas estrellas.


Y luego la niebla agrede el último
resquicio de mi ventana.


Y tu negada lejanía rasga

 este antiguo madero,

que desciende desde los contornos

feroces de mi sombra.

 

Pero siempre llegas:

casi un hálito de dioses,

 atadura de sombras,

tendiendo este glosario cantado

inagotablemente sobre mi almohada.