Edmundo Onofre

DESPEDIDA

Lágrimas amargas mojan el andén

por ese gran amor que terminó ayer

cuando todo era felicidad para ellos,

cada vivencia con sus recuerdos bellos.

Y por este dolor se humedece todo,

porque esto no podría ser de otro modo...

tanta ternura y afección entregadas,

tantas promesas de amor acariciadas,

de manera recíproca hasta el final

durante el día, la noche y el matinal.

Ahora todo es gris y vapor en la estación

que se confunden con la desilusión.

¿Por qué esto pasará, lo del desamor?

¿Si en momentos se juró un eterno amor?

 

Preguntas que no tienen explicación,

ni respuestas lógicas a la razón.

Suena el pito del tren. No hay besos ni adiós

sólo vive la tristeza entre los dos;

la boca se seca... late el corazón...

efluvios de vapor ocultan dolor.

Lentamente se va el tren. Llora el andén

porque nunca más se volverán a ver.