tricahue

Los días después de nuestros días.

Los días después de nuestros días.  

 

Puedo releer a cortázar, tomar un poco de vodka por la madrugada, escuchar a los pájaros cantar, releer desastrozos poemas antiguos, escuchar arctic monkeys, disolver mi identidad entre grupos de gente a la que le importo y desvanecerme paulatinamente en la superficialidad del mundo, sofocarme con la cotidianidad de la sociedad, caminar por la calle escuchando discos antiguos, ser un romántico transeúnte por el mundo buscando loicas. Puedo ir a la iglesia los domingos por la mañana y escaparme para ver series en el teléfono, quedarme hasta la madrugada hablando con gente, conocer a personas que tarde o temprano me decepcionarán (o decepcionaré).

Puedo pararme en la esquina a la que no vendrás y sentarme una mañana de sábado a esperar tu no llegada, ver capítulos antiguos de the walking dead y después ver los resúmenes de los capítulos con un youtuber argentino. Puedo revisar mis viejos libros, releer infinitamente a Pablo de rokha, visitar viejos lugares que ya no importan (o que ahora ya no existen), volver a leer el símbolo perdido, escuchar el desesperante tic-tac de mi reloj de mickey mause y sentir todo mi tiempo quebrado. Puedo acariciar a mi perro y a la vez extrañar al antiguo rock (guiño guiño), leer el diario y obligarme a hacer los crucigramas, cantar en solitario \"no hay nadie como tú\".

Puedo fotografiar pájaros, aprender sobre los pocos reptiles que nos rodean, aprender un poco más sobre música, ir a batallas de rap. Puedo escuchar a mantoi, fumar marihuana, sentarme a escribir debajo de un árbol, escuchar asking alexandria o bring me the horizon. Puedo ver antiguos capítulos de los simpson o south park, hablar con gente sobre el dolor del desamor, odiar al capitalismo desde mi laptop de última generación, decir chistes fomes que (no) dan risa, jugar al fútbol en la universidad, dormirme tirado en el pasto, apoyarme contra la pared al fondo de Vicente Valdés, tomar los últimos y los primeros vagones del metro, ver garzas paradas en piletas de agua, dormir bajo el bombardeo incesante del frío y de la lluvia una tarde de sábado.  

Puedo hacer muchas cosas, pero todo, todo lo que hago logra no-sacarte de mi cabeza.