Faeton

En Londres y en Berlín

En Berlín
los muertos bailan bajo las bombas aliadas,
Adolf Hitler juega a la pelota con un mapamundi,
Eva Braun enseña la pantorrilla en el Ángel Azul
y Goebbels ingiere cicuta para aliviar su dispepsia.

 

En Londres
los vivos se mueren de miedo cada vez que estalla una bomba,
los motores de la Luftwaffe rugen como gramófonos con música de Wagner,
suenan las sirenas,
cabalgan las valquirias,
todos corren a los refugios antiaéreos,
tiemblan las lámparas de araña en los techos de cristal
y sólo se oye la queda respiración de la tierra,
cosida a metralla
y con olor a sangre coagulada
en la oquedad de sus entrañas.

 

En una guerra
el fuego nunca puede ser tu amigo,
y tus aliados son siempre sus enemigos.

 

¿Habrá algún Albert Speer que suture con hilo quirúrgico
las heridas de esta ciudad abierta en carne viva?

 

No hay imperio que dure mil años,
pero hay sueños que siegan millones de vidas.

 

© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.