Raiza N. Jiménez E.

Por si acaso. -

Triste amanecer nos acompaña, es el día.

Yo lo sé, alma mía, te prometí que te vería.

Amaneció el día oscurecido por las dudas,

Ruego no me esperes, no creo que acuda.

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Llevo justo en el pecho, la daga de tu traición.

Me desperté saturada por una gran emoción.

No entraré en detalles, en verdad no te creo.

Siempre tuve claro que, por un tipo, no peleo.

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El amor es cosa seria y no es obligado medirlo.

Las damas, con su astucia, saben si es o no es.

La que diga, él me robó, es que desea sufrirlo

y se ha trazado, por venganza, buscar un juez.

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El amor y el desamor son cóncavo y convexo,

Toda hembra enamorada conoce alguna fase.

Por eso, desea para ella, algo más que el sexo.

Quizás, esperaría que sus sueños, él abrazase.

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Mujer, si a ti te acosan o te abrazan las dudas

y sabes que él nunca sueña nada serio contigo,

es bueno que, a tu madre o a tu abuela, acudas.

Ellas son sabías y dirán: Mijita, cierra el postigo.