Vicente Martín Martín

Yo no nací cantor

Tampoco importa mucho si un hombre nunca canta:

yo no nací cantor

y aquí me tienen escuchando a Chaikovski,

uso reloj suizo, productos de Hong-Kong y hasta mastico

chicles americanos.

Pero no soy cantor y nunca tuve

motivos para el canto,

¿o hay quien pueda alabar que los mendigos más pobres busquen siempre

las ciudades más cutres de este mundo

o hay quien sepa explicar a qué hora muere

de risa un niño hambriento?

Yo escribo cosas simples, pequeñeces y en mi casa cultivo

flores artificiales,

digo pan, piedra, nieve y si me apuran

puedo decir que un fraile huele a abetos

y confieso que lloro

si me encuentro en la calle un funeral de segunda.

¿Cantar? Si acaso el dies irae o un responso

de Luigi Cherubini,

cantar cantan los presos cuando van al destierro,

cantan los capellanes, las estrellas de cine, los recién desposados,

cantan los barrenderos con sus trajes chillones,

las masas proletarias,

los jefes de estación,

¿para qué mas?

Yo no nací cantor y en mi país incluso

se castraba a los grillos.