raul alfredo

Otra vida...

 

El porque habitaba siempre las horas, sin lugar… el para qué,

entender es imposible, si se busca culpables, pues no hay victima, es solo aprender,

cuanta dicha, en quien encuentra siempre las gracias, y miradas al cielo levanta,

arrojado al ser supremo, en absoluta confianza, alza en vuelo cuan sueño dorado,

la magia en el aire palpita, caricias de besos que refrescan el calor del alma, es la gran providencia,

todo es perfecto, sublimes momentos y grandiosa la vida cuando el sentimiento es sagrado,

como negar al universo y sus tiempos, cuando hizo lo que juntos somos,

letras dibujando palabras, miradas escribiendo poesía, embriaguez del mas dulce néctar que la piel penetra,

entregando mas de lo que se cree, recibiendo aquello que no se imaginaba, viviendo un regalo inesperado,

hacia atrás ya no se mira, solo hacia adelante ilumina la vida, en las manos el calor de la mejor compania,

mañanas con gran melodías, ángeles guardando las horas, noches ahogando en intensos latidos, la realidad  fundiendo con la fantasía…

el porque de siempre ya no habita las horas, si la pregunta es paraqué,

el para qué es posible, si las miradas ven en los ojos correctos lo que es inconfundible. las almas ya no quieren correr, si deciden  entregarse sin intentar comprender… el bendito porque.