Aunque la primavera al fin me ha llegado,
pues este asunto de la mar de la existencia
encendió la luz, dio sentido a la vida,
era la buena nueva, el ansiado cielo,
no he podido dejar de pensar.
Su relación directa con la teoría de la relatividad
le da un sustento poderoso;
no obstante, si antes del big-bang algo sucedió,
podría implicar haber habido una serie
sin límite de singularidades desencadenándose
equivalentes a este denominado big-bang.
Esta condición no hace poner en duda
el significado de la existencia,
complejiza enormemente entenderlo,
prácticamente se hace incomprensible.
Y uno se convierte en la verdadera minimidad (nimiedad) que se es,
no hay escapatoria, cualquier distinción resulta absurda,
uno está dado.
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