Nadia ALMAZÁN - OFICIAL

¿Cuánto es trece más este momento? II

La atmósfera tiene hambre de almas mundanas,

de vagas decisiones que se convierten en casualidades.

La energía colorada que nace de la barra del bar

donde a los dragones les gusta espiar, espiarnos.

 

La energía del cuerpo animal,

el animal que nos enseña a ser humano

y el humano intuyente de energía

se ciega ante la luz

y la verdad.

 

El pasado inexistente

y el futuro impredescible

que no descifra los centímetros

que evito ante tu saludo,

pues te quiero tocar.

 

La cerveza se agota

y gota a gota

siempre es ahora.

 

El espiral del encuentro de mañana

que para después

será pasado

y hablando de verdades,

no quiero que tú pases...

 

la coincidencia o la casualidad

de decidir

si quedarse en el bar

o irse.

 

¿Cuánto es trece más este momento?

Una charla incómoda.

Diez personas presentes,

gozando de un grupo de amigos

que tejió una banda.

 

Ahora beso tu cuello

y hueles a jazz.

El tiempo baila con la sirena de las patrullas

y el rojo domina tu ojo derecho que casi no ve.

 

¿Cuánto es trece más este momento?

Una canción que no fue tocada.

Nos convertimos en la vibración del ciego,

con su brusca necesidad

de saber qué sucede

afuera

o adentro

muy adentro de nosotros dos.

 

¿Cuánto es trece más este momento?

Una garganta nerviosa.

El rojo del ojo que no ve.

El sueño del ciego.

Dedos en el cuello.

Signos de fuego.

 

¿Cuánto es trece más este momento?

Un cuerpo en duda

excitado

tras la decisión

de quedarse

o irse del bar.

 

Y beso tu cuello

y hueles a jazz.