Vancouver

Pecando de arrogante

       Hoy me encuentro cansado, cansado de esperar lo bueno, cansado de mi altruismo, acaso Mr. Hyde quiere devorarme y desatar su egocentrismo.

      Estoy harto de mi, aunque no lo suficiente. A veces, en estos rayes de arrogancia, cuando me creo el rey del mundo, y me despojo de esa humildad que no considero virtud, logro disfrutar pleno la vida.

          Pequeña osadia de jugar a lo prohibido. Se que no dejaré de lado mi bondad por un par de pecados, ni exiliaré la paz brindada por mis valores morales, pero hasta los angeles más adustos, en ocasiones ven al diablo en la pista y desean bailar con él.