Nuevo Puerto

Con Nombre Ajeno

Con un nombre ajeno a mí transcurro la vida,

como si existiera en este cuerpo prestado.

Mi alma confeccionada en un traje a la medida,

y el corazón en mi pecho desabotonado,

llevo una corbata roja en la piel marcada

con la textura de cada gota de sangre contenida.

 

Sueños lejanos. Anhelos perdidos.

Nostalgias aparcadas.

Camino con el paso que me alcanza,

avanzo con el ritmo del camino,

y el cuerpo se agota como se agota el tiempo,

tiempo que transcurre, pero no nos avisa

que cada parpadeo de los ojos

es una foto archivada en los recuerdos,

de momentos como cuadros colgados en un pasillo,

que se quedan adornando nuestro paso por la vida.

 

Labios que se niegan a pronunciar más este nombre,

que es tan ajeno de mí, como lo es mi propia estirpe,

resecos por la sed que no ha saciado mi alegría,

bebo del agua cuya sal se diluye en mi saliva…

 

¿La identidad de un hombre es su reflejo en el espejo,

o son sus sueños la imagen que a la postre nunca olvida...?

 

Sabia virtud de alcanzar el sosiego,

y no desear más las migajas que el mundo nos convida,

y respirar el aire puro y sentirse pleno,

y caminar y avanzar sin un rumbo definido,

por todos los extravagantes pasillos

de este laberinto que llamamos vida…