Manugongue

ANSIA

Ansia de ti y por ti, torrente venerado.

Tus cálidas y transparentes aguas

erosionan mi espíritu

y posan en su cauce continuos sedimentos

de infinitos deseos.

 

Ansia de tus palabras, música indispensable

a mis yermos oídos;

perlas de un mar sonoro engarzadas en plata

de resonante brillo.

 

Ansia de tu mirada, emotiva caricia,

aroma de tu alma,

alma tejida en sedas de suprema belleza

y esencias ideales.

 

Ansia de ver tus labios y sentirlos vibrantes

sellados a los míos,

y dibujar tu cuerpo, sin norte y sin sentido.

 

Mis pecados son ansia de amarte ciegamente;

mis virtudes son ansia de adorarte en altares

de febriles delirios.

 

Ansia son mis suspiros, que lanzados al viento

aspiran a besarte.

Ansia, que de mis ojos es destilada en lágrimas.

 

Mi amanecer, mis crepúsculos,

mis mañanas, mis tardes,

todo no es más que ansia.

 

Si tú no me comprendes, amada, ansiada mía,

¿quién ha de comprender lo que en mi seno anida?

¿quién ha de merecer las ansias que te guardo?

¡Ansia de ti y por ti, torrente venerado!