Ma. Beatriz Vicentelo Cayo

DOS ASTILLAS DE CIMERO

DOS ASTILLAS DE CIMERO

 

Y que se yo... ¡De pronto llega un escalofrío

que sube de las plantas reptando a la cabeza

moviendo cada espacio del organismo frío

que con precor resiste la alienada tibieza! 

 

¡Son estremecimientos con asombro de estío

que despiertan las carnes durmientes en graveza!

¡Es la flor imponente que al pasado sombrío

rasga opacos cristales con sueños de terneza!

 

Se siente uno,  criatura pequeña en su estatura

ante tanta montaña copiosa de dulzura

que enciende por arterias ¡Un celaje de fuego! .

 

Y vibran los latidos del corazón entero

¡Ay es que el amor nos trae!... ¡Dos puntas de cimero!

Una el ¡Manto de Cristo!  La otra  ¡Al demonio en juego!

 

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Beatriz Vicentelo

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