No creo poder escribir de otro sentir
Que no sea el que prevalece por ti;
Es preciso escribir sobre ello,
Y ver si en estas letras te desases,
Como agua entre mis dedos,
O te sigues acumulando como el limo
Que desprendieron nuestras tierras,
En cada uno de los fotones
Que iluminaron nuestros cuerpos
En cada uno de nuestros amaneceres.
Sigues fluyendo en mis letras,
Como esa cafeína que me abstrae del sueño,
De volver a reflejar mi rostro en tus ojos,
Te amo,
y las hormigas que recorrian el suelo bajo tu ventana
En esas noches desafinadas de mi garganta,
Ya no solo me pican los pies,
Sino que me catalizan con su ácido formico,
A escribirte con el alma,
Como un medio para respirar
El recuerdo de lo que llamamos nosotros.
Te amo,
Y el frio de mis pies es evidente,
Por el temazcal que ya no disfruto contigo,
Si, mi cuerpo se hace frío cada día,
Y echa mano del calor residual de tus besos,
De esos besos que descongelaban nuestros glaciares,
Y hacián que nuestras aguas,
Se unieran en el acto del amor,
Y con ello reverdecíamos nuestra piel;
Te amo y sin ti,
El frío se acentúa,
Y se acentúa tan mal en mi,
Como una falta ortográfica,
Del que quiero que revises con tu calor.