Sus ojos tienen ese gris del invierno
el despertar azul de primavera
los destellos dorados del otoño
la esmeralda que duerme bajo tierra.
Es su cabello ese manto sagrado
donde se envuelve mi alma cuando sueña
sombría noche que cae sobre su frente
hilos de plata tejidos por estrellas.
Su piel bronceada al sol de la labranza
fuertes manos de viento que me apresan
corazón que se entrega emocionado
cuando se alza en creciente la marea.
Amo el aroma del campo que te asiste
que rememora historias tan lejanas
amo esa tierra hermosa en que naciste
esa atracción inmensa que me ata.
Puedo vivir así, con esta imagen tuya,
compartir un café cuando se asoma el alba
estremecerme ante la suave brisa
sonreír al preguntar ¿me amas?
Aquí estoy a la puerta de los versos
rozando ese suspiro que me llama
ay amor, dulce morir y renacer en cada sueño
de sol y luna se viste la esperanza.