Por qué hoy te llevo, en mis labios
tu nombre asomado al vértigo
en el balcón de mis palabras.
por qué, de tantas cosas
que pretendo entender
de los gritos en el mirar
del continuo y suave caer.
Por qué, si mis brazos pretenden sujetarte
no puedo más que dejarte ir
mezclada entre las palabras
que escapan de mi mente.
Quizá seas solo eso, un pensamiento
o un espejismo de mi locura
pero dices amarme, sin límites
sin los prejuicios del tiempo infinito
y con la urgencia del cuerpo.
Y yo solo soy un alma
que te lleva en los labios
asomado al vértigo
de las palabras amadas.