Arturo

Mi Pan y Vino

La encarnada belleza de tu ser
es propia de los ángeles,
Del enigma del cielo
del cantar del dia en tu presencia,
de esa rosa latente en tu pecho.

 

Me sorprende que el paraíso de los santos lo encuentre entre tus brazos,
el sacramento en tu beso,
la ostia en el sexo de salvacion ,
el pecado en el amar.

 

Ahora el sonido taladrante de mi alma
El verbo divino entre tus labios
El caliz de tus senos
La pureza de tu alma
La camandula
El templo
El sudor bendito.

 

Rompen el callar de mi alma dormida,
con no se que recuerdos,
con no se que sonrisas,
mi corazón se levanta en tu presencia,
en tus reminiscencias,
y mi pueblo silenciosamente dormido
despierta en un simbólico amanecer.