Fui de esa gente inclemente
-- tal vez no se lo merecía,
tal vez me comporte así por cobardía,
pero si, fui cínica e impaciente.
Renuncie sin pensar,
reúse dar un paso más,
renuncie a él y sin mirar atrás.
Fui de esa gente que maldijo su existencia,
fui de aquellas que lo miraba sin clemencia,
fui déspota y cruel, en verdad no lo podía ni ver,
sí, fui de esa gente que no creyó en él.
Fui de esa gente que lo encerró en una cesta
y tranquilamente continué mi senda;
lo tache con clavos de amargura
y renegué que en él - alguna vez conocí el amor o la ternura.
Le corte sus alas y me deleite al presenciar su declive,
lo despoje de flecha y arpa, total, ¿qué más da? ¡su puntería ni sirve!
Lo borre de mi vocabulario y me asegure que nadie lo nombrara,
borre su historia, es más, le organice una mala campaña.
Hice todo en mi poder para que a mí no se acercara.
No sé si fue el tiempo o si fue designio,
pero ese ángel travieso ha escapado de aquella caja para mi delirio.
Aun sin su arpa música tocaba, aun sin su flecha hacia mí se acercaba,
sintiéndome nerviosa y desconcertada mi pelo arreglaba.
Y si lo admito, fui de esa gente que de él no quería saber nada;
pero entro sin aviso, sin permiso y a mi lado se sentó,
estuvo de acuerdo que no hizo las cosas bien y que su flecha cometió un error,
que a veces las cuerdas de su arpa tocan desafinada,
y si, que su puntería de vez en cuando falla,
pero si le permitía tenía consigo una flecha que contenía el nombre de mi amor…
lo abrace fuertemente y al piso se desplomó.
©LeydisProse
2/8/21
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