\"Hay una lágrima en el fondo del río de los desesperados\"
Fito Paez y Joaquín Sabina, Llueve sobre mojado.
En un tiempo de núbiles paseos indolentes,
Nos hermanó la sangre
Un Cristo de tropezón, desparramó
Sus bendiciones en un suelo estéril.
Nos cortajeó las mejillas y el futuro
En su súbita denuncia a los espejitos de colores
Aquella voz en pausa que se agitaba
Desde nuestros pozos de aire.
No sé si fui yo o esta resignada alegría
Lo que fue dibujando contornos de tiza
A tus egoísmos avalados
Y mi poquísima corona para tanta cabeza.
No sé si fue mi hartazgo o la esperanza
Quien oprimió el gatillo de lo evidente
Y extinguió los elefantes blancos en el dormitorio
Apestado a humo santo y despedidas.
Volví a sentir en mi carne
Cómo la tormenta de cicatrices repetía itinerarios
Y en el fondo eran de cal las manos que acariciaban.
Esta vez no encerré la jauría de mis dudas:
Que velen aullando y purifiquen a mordiscones
Lo que no pueda vivirse y lo que se nos haya muerto.