¡Oh! He despertado
de una penumbra de sueño
de matiz, pesadilla...
Me han tomado de la mano
duendes y musas difusas
Evaporando mi alma...
llevándose su vestigio
a una caja y candado
ahí lo han depositado...
Viajo debajo... levito y decaigo...
no entiendo el significado...
Me lleno de pánico, pues,
aunque no sé que un sueño es
todo es tan... tan cercano...
Mi piel se desplaza fuera de mi...
siento, veo algo
que no esta aquí...
Regresa y se vá...
¡Oh! Mi respiración
ha disminuído
en cantidad...
en aumentada emoción “panical”
No siento mis labios, mi cara
ésas musas y duendes los han llevado
a lugares que
no encuentro en mi mente
Mas, algo se ha incrustado en
el centro del plexo solar...
de mi silencio y agonía...
ansiedad...
No, váyanse, ya...
no los quiero albergar...
sé que no existen...
sé que la mente juega sus
alabares inexistentes
en el mundo onírico...
Busco oxígeno...
Ahora grito de pavor
y nadie puede escuchar
La oscuridad me ha rodeado,
enclaustrada sin
huellas de libertad...
¡Oh! Y, el respirar
sigue su viaje abajo
descendiendo sin piedad
Sólo veo rayas y cuadros
reflejados en mi faz
¿Estaré en una celda?
Sólo sé que los miembros mutan
y la voz muere
Siento una sombra que
se adhiere
a mis pies y alma
y no puedo andar
sentir, pensar...
meditar o expresar...
no hay manera de abandonar
¡Y ésas rayas y cuadros reflejados
en mi faz!
¿Cuándo podré desertar?
¿Por qué no me dejan marchar?
¡Ésas rayas y cuadros
aún reflejados en mi faz!
¿Cuándo podré abandonar?
Correr, tengo que correr...
buscar la luz...
Ésa luz que me ayudará a
disipar las rayas y los cuadros
de mi cara...
Y a encontrar algo de paz...
Copyright©2010 Rocío Vega-Ponce