Hay eterno silencio a mi alrededor,
ahora, el tiempo es solo mio,
no hay murmullos desolados,
sólo se oye, el palpitar de mis dedos.
Me descubro en este instante,
en mi retiro hospitalario
paseo, por mis estantes latentes,
como un objeto más, del relicario.
Mi mundo es ligeramente obstinado,
se niega a ver lo evidente,
años de amor pasaron sin sueños,
invernando en horas fértiles
Hay silencio al despertar el alba,
mucha indecisión y miedo,
demasiada espesura en los jardines,
paras pasear, sin tocar algún recuerdo.
Ana Barroso