K.B

Demasiado orgasmico, Demasiado divino

Les voy a contar la historia de un joven que en su cuerpo llevaba las huellas de más de mil orgasmos, jamas ningún cuerpo terrenal le hizo despertar un sentimiento distinto al placer ordinario de este mundo, un día llegaron unos ojos que con sólo contemplarlos tatuaron en su ser un vaivén de infinitos orgasmos los cuales nublaron totalmente su cordura e hicieron perder su espacio-tiempo.

Cuentan que quiso detenerse pero su deseo se volvió insaciable pues aquellos ojos volvían cada noche acompañados de un cuerpo desnudo que se asemejaba a la fuente del placer eterno que sólo podría comparse con algo divino, una sonrisa que se unía a un gesto de placer que causaban locura en aquel joven. 

Dicen que un día cualquiera quiso solo despertar de aquel sueño y al día de hoy jamás se supo si aquellos ojos eran reales o sólo fueron el deseo de un cuerpo sin corazón.