AnnaSerena28

ENAJENACIÓN

 

 

 

De pronto lo vio.
Su mano comenzó a temblar,
el corazón aceleró sus latidos,
la vista se le nubló.

 

Lo tomó y lo deslizó en las hojas...
no controlaba sus movimientos.
Eran sus sentimientos
los que dictaban los trazos.

 

Un suspiro grande volvió a la realidad.
Llevaba el lápiz en su mano
y un hermoso poema yacía
en un papel sobre el escritorio.

 

Anna Gutiérrez.