Gladys Sarai

Nadie sabrĂ¡ tu nombre

 

Entre los campos de amapolas te desnudaste los pies...
Corre niña, corre. Te están apuntando con el arma, un destello nubló tu vista.
¿Así se siente?
Suave, despacio... Suave, despacio...

Nadie sabe tu nombre,
Nadie jamás lo conocerá.
Siempre buscaste el amor de un hombre,
Es por eso que tu rostro en el olvido quedará.

Siempre deseaste rosas rojas,
Pero sólo recibiste guirnaldas, gladiolas y gardenias.
Tú no estás loca, sin embargo
Sufres algunas esquizofrenias.

Sigue deslizando tu dedo en el reflejo del agua... Contempla tu rostro inocente y corrompido.
Dale un beso a la vida, se lo merece por el precioso destino que te ha dado...

No te asustes, no temas niña, no tengas miedo, hermosa. Tus ojos no lucen lindos cuando lo haces, recuerda que las cosas pasaron por algo y nunca olvides que seguirán pasando por alguna extraña razón...

Pero tu nombre, aquel jamás estará escrito en un libro, aquel jamás estará escrito sobre un poema, aquel jamás será pronunciando por labios sinceros.

—Gladys S. Hdz. R.