Ruth González Galindo

SURGEN GUERREROS

Un alma atraviesa

El valle oscuro,

Un diminuto punto

Colocado en seno adormecido,

Nadie notó su caminar

Ni conoció su rumbo,

Más ha tenido brújula

Ha tenido  fuerza

Y ha tenido guarda

De prolongada existencia.

 

En nido provisto yace

Sobre colchón de agua

Y alimentos refinados,

Crece prodigiosamente

Pieza única inconfundible

Formada en bella apariencia.

 

Pasado el tiempo

Tras el velo oscuro

Ya no se disfraza,

Ahora se mueve, sigue entero;

Desde su nido que es su refugio

Percibe sensaciones,

 De voces transformadas,

Unas son grato ritmo

Se siente tranquilo,

Otras en cambio,

 Trastornan su alma.

 

Los hombres abiertamente exclaman

Llamándoles deseados o indeseados,

Son apreciados en muchos casos

En otros los han sentenciado.

Son consecuencia, sí,  ajenos, limpios de todo mal y motivo.

Descuido, deseo, abuso o capricho

¡Ellos son criaturas, bajados del cielo!

Son pasión encendida, luz  en nuestro desierto.

 

¡No temáis! La providencia se prueba en marginación, en soledad;

Grandes guerreros surgieron

En medio de la hostilidad,

Exiliados del amor humano

A rastras en aterrador hoyo

Alzaron la mirada al cielo,

Allí, en la fe, encontraron socorro,

Logrando por sus nombres, ser recordados.

 

Preservación, ante pronóstico desastroso,

Es la especialidad del Dios Todopoderoso,

Su amor invariable está al alcance,

¡Confía! Él quiere cambiar tus lágrimas en gozo.