Rafael Panamá

El virus

Hoy quisiera yo expresar
que todo lo veo malo
en cuestión del desabasto
que confronta mi terruño.
No es asunto que de risa
y mucho menos berreo,
quisiera yo ser sincero
en mi forma de expresarlo
y ver en realidad
que este virus no es pendejo.

 

Se encuba en catorce días
es de cepa acorazada
rompe pechos y los raja
y al viejo lo pone en balda.
Produce una tos aguda
fiebre mala y cojonuda,
muchas veces dolorosa
allá por las coyunturas,
la cadera, la cintura
y te causa sepultura.

 

Desde Milano a New York
no hay lazos ni conexión
ni por barco ni de avión,
treinta días dijo Trump.
Sin causa de miedo o enojo
la propuesta de ese loco,
quisiera yo por momentos
intelecto pa´ pensar;
¿dónde iremos a parar
en un mundo tan jocoso?

 

En la China está acabando
con la finca y con los mangos,
con murallas socialistas
clérigos y pacifistas.
Todo el mundo grita y ladra
y lo hacen con tanto empeño,
que nada tiene remedio
está el globo muy jodido,
demos todo por perdido
y nos cojan confesados.

 

En mi vida no fui santo
mucho menos monaguillo
di lo mío por perdido
después de dar positivo.

En un tétrico hospital
como el tango arrabalero
que entonaba Don Gardel
antes de aquel avionazo,
mas veo que no es el caso
aferrarse si no hay cura.

 

Y lo digo con cordura
antes de volverme loco
para que seguir luchando
entremedias del embrollo.
Solo les pido un deseo
y no lo tomen a mal,
si a mí me han de sepultar
quiero sea con decoro
no hagan bulla, ni velorio
evitemos ese rollo.