Predas

Dios no reclamo

Noche fría

de plano silencio

de ventanas dormidas

de ojos que ven a nadie

cuando nadie es

si mismo

 

de olor a longevidad

flores muertas

huesos de león

 

                         

ausentes silencios

secretos que no vuelven

anhelos

de poder volver

de disfrutar la cosa

 

noche fría

de vísceras de hielo

de abeja invernal

de postre salado

 

donde si quieres

la luna aúlla

asustando niños

 

 

sin piedad

es otro fuego

el que ilumina la hoja

 

Lo develado

 

Aquello

enamorado de si

no envejece

 

aquello que en ningún tiempo

sucede

que ningún tiempo

atrapó

 

poseídos de algo que es nuestro

solo nuestro

al que dios no se debe

al que dios no reclame.