LeAnDro silencio es salud en soledad

Libres al viento...

Humedezco mis labios con la esencia de tus encantos, voy rozando con mi lengua tú delicioso ombligo, vas abriendo sutil y lentamente las piernas, dándome indicaciones por donde seguir, con mis dedos empiezo a encender el fuego que emanas al gemir, mis dientes van marcando suavemente los rincones más ricos y perversos de tu excitado cuerpo, me agarras fuerte del pelo mientras me vas pidiendo que no pare, me enroscas entre tus piernas, subimos el fuego más y más, te pones boca abajo y me levantas la cintura para que siga besando, que rico es sentir piel con piel, con una mano abrazo tus pechos, los aprieto ,juego con ellos, me gustan como los pezones se te van poniendo duros, me vuelven loco, y nos dan ganas de subir la intensidad del movimiento de nuestras cinturas, soy adicto a ver tu cola chocar contra mí, es hermoso ese ir y venir, ver como mis manos quedan marcadas a cada cachetada, me vas pidiendo más, ahora te jalo del pelo yo, estiras tus brazos hacia tras, me agarras de la nuca, me rasguñas la espalda, nuestros movimientos no paran, son cada vez más frenéticos, me susurras que te vas a venir en mí, y yo me vengo en vos, acabamos de placer pero aún seguimos con movimientos lentos, suaves y relajados, extenuados, acaricio tus labios y muerdes mis dedos, nos besamos y entrelazamos nuestras lenguas que aún siguen calientes.
Que rico es hacerte el amor boquita abajo.
Leandro Conte