Descanse en paz la noche,
Siempre en pie de guerra,
Arrodillada ante la calma,
Eterna aquí o donde sea,
Se suicidó la noche ante mí,
No pude convencerla de que por la mañana nos iríamos a dormir juntos,
He de confesar que no solía llevarla por sitios muy románticos,
Hasta que la abría en canal sobre el folio soñador idealista,
Que jamás pude imaginar ni en el más sentido de mis amaneceres,
Se suicidó mi queridísima noche,
Cosa que hace aún más desgarrador su grito a mi esperanza insurgente,
Suplicándole que jamás le deje caer para siempre,
Se suicidó, está muerta,
Yo solo quisiera ser la ouija en tus labios,
Por si volviera a dar señales,
Por si me revelara el mapa del más allá,
La sicofonías que practique dieron resultados,
Y me dicto canciones como para hacer sentir,
Hasta el más frio hijo de puta,
Yo quisiera ser la ouija en tu cabello,
Por si apareciera su espectro,
Enredarla en este y no dejarla escapar jamás.