No sé cuán provechoso resulte el recordar.
Sentarme junto a la fría noche a pensar
En aquellos momentos que recuerdo con tan
Grande melancolía
No sé si enriquezca mi persona
O si nuble, más bien, mi pensamiento.
El tiempo hace de las suyas sin remordimiento alguno.
Recordar aquellos momentos de felicidad
Es darse cuenta de que cada vez estoy más lejos de ellos,
Que sólo puedo resignarme a verlos hacia atrás.
Comprender que aquellos días en los que
Siendo sólo un niño, vivía sin las preocupaciones que me invaden hoy,
Es tan frustrante como deseable.
Qué horrible es recordar esos días,
¡Pero cuánto lo necesito!
Añorar ese tiempo de antaño
Es como estar en un oscuro callejón
Que me lleva a una celda sin salida
En la que sólo puedo ver desde lejos
A ese sonriente niño que pulula por la vida
Con una euforia envidiable.
No sé por qué dicen que recordar es vivir.
Al contrario, recordar es alejarse con cada pensamiento
De aquello que alguna vez te hizo sonreír
Y verlo con una mortal melancolía.
Eso es estar un paso más cerca de
Perder la vida en este mundo dominado
Por los imperios del asqueroso tiempo.