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La sombra se ha movido como suspendido soplo entre la semiobscuridad que todo lo espera. La espera es una corteza verbal siempre en el lado izquierdo y camina por los distintos lugares de mi cuerpo hecho de sombra, casi existe respirando por los dedos mientras voy a buscarte. Voy a buscarte en el oído izquierdo, el lado izquierdo donde sé que hay un paisaje vacío de angostas lecturas, porque nunca supiste de esa mezcla de vocablos meridianos, -nunca lo supiste- mi penumbra era un animal extraviado desde el fondo de mi sombra, como un pasaporte de mis labios cosidos por donde ascienden mis rasgos mudos, por donde penetra la parvada gris, la perfecta soledad de todas las palabras sin que pueda preguntarles si fingen otra respuesta o si contienen un doble significado personal. Estoy sentado en el mismo lugar para darle comedia a mi sombra, la mala noticia de un reloj en las altas horas de la noche.
[La noche es un fondo líquido, la siento gotear desde el centro del tronco de un reloj corporal hecho de impactos en los lotes baldíos de mi piel, es decir: de un fluido obscuro humillado por el filo de la luz]
Bernardo Cortes Vicencio
Papantla, Ver, México
03:2806102019