benchy43

HAY OLOR A PRIMAVERA.

El aire trae un inconfundible olor a primavera.

Hay sol, tibio sol. Y aquí estamos, mi sombra y yo

siguiendo instrucciones del doctor: Mucho sol y poco esfuerzo.

Como una suave caricia el rumor del agua, el lenguaje del río.

Contra el cielo azul se deforma el elefante blanco y la nube se deshace,

se deshilacha. Vienen más, como soldados mal alistados, sin armas ni pertrechos

ni armaduras.

Al verde sauce le llegó visita. Estridentemente anuncia que ha llegado. Saltarina, inquieta

la visita, recorre con su prisa todos los rincones, picotea, lanza un nuevo trino.

Como ha llegado se va, nos deja solos.

A la mansedumbre de mis pensamientos llegas tú. Me miras a través de la ventana,

mitad de tu bello rostro oculto en las cortinas. Te miro con dulzura.

Y te vas, como la mariposa amarilla que apenas se posó sobre la silvestre rosa

y retornó a su silencioso e incansable viaje.

No sé si sueño o imagino, tus manos sobre mi mano, tu pícara mirada. No sé si sueño

o imagino a niños riendo a la carrera. Ahora son mis nietos. Ríen, cantan, me despiertan.

La montaña se ha guardado el sol. Ya pierden sentido los consejos del doctor.

Las sombras van ganando su lugar y una leve brisa me refresca. Me pesa levantarme… los años, los huesos y mucho más. Tal vez, ahora que estoy despabilado, escriba un soneto o algo así.

O tal vez retome lo que dejé a medio escribir, un olvido que nunca ha sido olvido, un recuerdo que siempre está conmigo.

Te extraño.

 

Derechos reservados por Ruben Maldonado.