kavanarudén

AMAZONAS

 

 

En silencio quiero elevarme hasta ti.

Extender mis trasparentes alas y volar por valles, desiertos, mares, océanos y montañas. 

Por esos parajes desconocidos y mágicos donde vives, donde tu pura esencia se derrama generosa, copiosa, cual rocío mañanero.

Quiero pasar inadvertido cual brisa suave de otoño.

Morir y renacer mil veces si necesario fuere, pues nos es para siempre que se muere.

Abandonarme en brazos de Céfiro sin oponer resistencia y planear sereno, mientras me alimento con su aliento, el azul del cielo y el verde del horizonte mañanero. 

Convertirme en lluvia fresca, copiosa y empapar la madre tierra, extinguir el fuego devorador que arrasa, que destruye tu fertilidad. 

¡OH madre adorada! Maldita una y mil veces la mano que te destruye, depredador inclemente, egoísta, arrogante.

Hasta mis oídos llega tu grito, tu dolor, tu clamor, tu lamento, gran impotencia siento mi Amazonas amada, tierra martirizada devorada por el fuego.

El alarido de tus hijos que mueren en tu interior siento. Retumban mis oídos mientras los veo agonizar. Quien puede alzar el vuelo lo hace despavorido, quien no, muere sin ver un sentido a tan cruel momento. 

Llorar solo puedo, ante tan horrendo suceso, deseando con el corazón que pronto termine este terrible tormento.