La risa de las flores
en una mañana de primavera
con su zumbido azul
se posa en tus rojos labios de seda
y como mariposa
de ligeras alas de luz y cera,
vuela a tu alrededor
y en tus ojos un dulce beso deja.
Las flores ríen su efímero encanto
en los abrazos de la primavera,
irisan con sus aromas el aire
y en sus labios beben las abejas.
¡Sutiles y tornasolados dones
de la tierna madre naturaleza,
alegrad los flébiles corazones
con vuestra luz etérea!