Apocrifo

versos tristes.

El inmaculado vacío del papel invoca a las musas.

A su cita acuden  musas lánguidas.

Musas de las sombras.

Danzan sobre el anverso en blanco.

Impronta de sus pies sobre rayas invisibles.

Y se van entre diminutas sonrisas.

En sus huellas brotan como  pequeños tallos  las palabras.

Palabras de bordes afilados,

Cuchillas en la memoria.

Y como terrones en surco aparece

Sufrimiento, dolor, ruina, rabia…

Que  colonizan los versos torcidos.

De la última huella nace frustración y fracaso…

Y el verso me mira.

Y mi alma maldice entre lágrimas,

A la mano que empuña la pluma.