La escena, una calle
del barrio perdido,
una sombra oscura
que dibuja al andar,
vivencias de antaño
huellas de esos días,
y un presente esquivo
que lo ataja…al pasar.
Cuentan que lo vieron
caminar sin rumbo,
pateando recuerdos
sin mirar atrás,
saludó con pena
al buzón amigo,
y recordó momentos
que nunca…volverán.
Momentos de gloria
cuando en esa calle,
campeaba la risa
y sobraba la amistad,
el mundo era distinto
también los ideales,
eran otros sueños
y otra…realidad.
Donde habrán quedado
las épicas luchas,
en que abundaba el hambre
y escaseaba el pan,
en que estrella errante
volaron al cielo,
los versos del poeta
que hablaban de paz.
Y así se diluye
la triste figura,
de aquél que repartía
utopías por doquier,
no se merecía
este final artero,
es como un fantasma
que no pueden…ver.
Benditos los que siendo
como el viejo poeta,
que al final del tiempo
dejaron al andar,
solo ejemplos bueno
y actos que ennoblecen,
los perdedores muchas veces
terminan…por ganar.
Boris Gold
(simplemente…un poeta)