Alejandro José Diaz Valero

La alcancía

 

 

 

Supiste guardar mis secretos

por eso en mi recuerdo te llevo,

eras el bello proyecto

donde yo ahorraba mis sueños.

 

Eran tiempos de pequeñeces

cuando jugaba con la ternura

de moneditas y billetes

que entraban por tu ranura.

 

Abrigaste mis sueños de grandeza

y de incontables alegrías

¿cómo olvidar esa fechas

cuando eras mi alcancía?

 

Eras el cerdito que sonriente

regalabas la sonrisa de tu hocico,

pero el martillo  impertinente

un día te hizo añicos.

 

Tú me diste la esperanza

cuando eras mi alcancía,

y en pago a tu amistad franca

te regalo esta humilde poesía.

 

Adiós guardadora de sueños,

ahorradora de tiempos idos,

donde grandes y pequeños

teníamos  tesoros escondidos.