\"Como en una balanza emocional, jugamos a equilibrar el peso de nuestro amor, en cada relación.
Vamos añadiendo gramos de importancia en cada deseo, aumentando la duda, en un acto egoísta que carga injustamente en el otro.
Buscando reducir la presión interior, de caducas vivencias que van empujando, en un último intento de salir a flote.
Como un ancla que nos amarra a un pasado, opresivo; arrastramos el lastre de los sentimientos, vamos directos al naufragio apenas iniciado el viaje.
Cayendo en la trampa que nos conduce a colmar vacíos, en lo que dura un suspiro de helio.
El punto de estabilidad descansa, por fín, en el eterno movimiento basculante, disolviéndose en una atmosfera de gravedad cero.\"
(miguel puigcorbé)