Lejanas las estrellas, nerviosas titilaban,
el mar con su oleaje, sereno se extendía,
llenaba con su espuma, la playa que fluía
colmando de añoranza, a seres que se amaban,
estaban observando la magia que venía.
La luna se sonrió ante miradas avezadas,
fue vista con sorpresa cubierta por palmeras,
momento de ilusión que induce a las quimeras
tejidas con pasiones muy bien acompasadas,
son bellas las postales, de noches compañeras.
Un fresco amanecer, atrajo las miradas,
el verde apareció, tiñendo de esperanza,
al mar que bullicioso, rugía en alabanza,
ambiente colorido de imágenes doradas,
presagio candoroso de tiempo de templanza.
Recuerdos con nostalgia regresan apurados,
ocupan los espacios valiosos de la mente,
haciendo se devuelva el tiempo que es la fuente,
de aquellos episodios sin duda aquilatados,
que siempre son sacados de nuestro subconsciente.