Manugongue

Hastío

Hay veces que me digo:

cuánto ten con ten,

cuánto miramiento.

Cojo el vaso y bebo.

¡Cuánta vida se esconde

en un trago de vino!

¡Cuántos tragos amargos

se esconden tras los tragos!

Y pasa el tiempo, corre,

sin vislumbrar caminos,

sin encontrar la senda

aquella que perdimos.

Y solo el qué dirán

marca nuestro destino,

cobarde de ilusiones,

que nos fueron robadas

por el mortal hastío.