Jason Leon

Mar adentro

Mar adentro quedan mis pensamientos, tu figura
mar adentro quedan mis temores, tu mirada
mar adentro estas tú y ya no te alcanzo.

Pasa el viento rozando tus cabellos y no te mueves
fijas tu mirada en mi, allá en la lejanía.

Mar adentro el mar es tempestad en tu alma
fondo de la nada, fuego del infierno. Ira de los dioses
Me odias tan intensamente que lo siento
en mi piel, mi calma es tu delirio mi alma atormentada

No sé qué creer, a veces te amo, a veces te temo
Aqui en este momento ya todo quietud
¿no sientes nada?, no lo creo.


Sueño contigo cada dia, cada madrugada me levanto
tu imagen añorada acaricia mi llanto
siento tu piel, tus labios me besan
odio desprenden. Colmillos de cobra
rajan mi piel, entran en mi y me envenenan

Ahora ya, de mañana, de tarde y de sol,
el mar en calma escupe tu mirada
veo tus ojos la sangre los recorre
veo tu alma, ya no se esconde
pecho de madre que adormece a su hijo
labios de presa del amor verdadero
no eres para mi. Pues yo, soy traidor
batallas no quiero, amor en duelo a muerte
lucha de titanes, entrechocar de espadas de acero


A ti te canto con dulzura, pues apaciguarte quiero
Ya no me ves, aqui tendido, mi cuello a tus pies
diosa de la ira, del desamor, del infierno
clavame tu arpón, si ese es tu deseo

Yo prefiero tu calma. Tu compañía anhelo.
Pues mi alma traidora, tan sólo protegerme quería
a costa de tu ser, tu labios murmullan.
Amor odio eterno y fuego.

Yo pido clemencia, pues idiota fuí
no pido amor eterno no lo quiero para mi.

A Dios ruego que te ayude a perdonar
pues ese sentiemiento te va a calmar,
La sonrisa de tus labios ahora morados
por los dientes apretados, hiriendo la carne
rodeados de sangre.
No quiero ver eso en ti
tan sólo una amiga pido
pero no es fácil perdonar al traidor.

Abreme tu corazón, di qué hay en tu cabeza
Muéstrame tu alma, y yo te juro lealtad
Te quiero a mi lado, amiga mía para siempre
Se que el daño es grave, la cicatriz tierna
Afea la piel de tu rostro. El fondo de tus ojos te delatan

Siento una herida en el cuello. Justo en la nuca
Ha sido tu puñal amargo. No controlas el odio
Me matas y caigo en los pies de tu mar
Mar colérico, frenético rojizo de sangre.
Si es lo que quieres, moriré por ti. Pues lo merezco.

Pero no te olvides que un día quise tenderte mi mano
Ahora muerta, inherte a mi lado.