Xabier Abando

María Callas forever (No relief*)

 
No creo en la eternidad
aunque seres inmortales,
o que merecen ser tales,
se dan en la humanidad.

Si hubiera un cielo allá arriba
lleno de ángeles con alas,
sería María Callas,
de su coro la gran diva.

Sé bien dónde estaba cuando
fue el magnicidio de Dallas,
también cuando oí a la Callas,
por vez primera, cantando.

Fue en disco y no olvidaré
que al oír aquella voz,
en mi interior otra voz
decía “no puede ser”.

Escuché en aquel vinilo,
de veces, la intemerata,
su brindis de “La Traviata”,
emocionado, intranquilo,

hasta que me convencí,
tras de aquel largo “concierto”,
de que el milagro era cierto,
y esa noche no dormí.

El mundo me pareció
ser mejor desde aquel día
y di gracias a María y
la madre que la parió.

De talento extraordinario,
tuvo un éxito rotundo
y a su hermosa voz el mundo,
se rindió en cada escenario.

Lo excelso se hizo costumbre
y aquel timbre prodigioso, 
tan distintivo y  hermoso,
que la elevó hasta la cumbre,

a futuro parecía,
como un “must”, ser exigible
y aquella voz increíble
pensaba yo que tendría

sucesión asegurada
y cuando ella, por amor,
se fue con el armador
Onassis y en la estacada

nos dejó por algún tiempo
y luego, funesta suerte,
nos la arrebató la muerte,
dejándonos sin aliento,

yo estaba aún convencido
de que saldría de nuevo
quien le tomara el relevo,
pero el tiempo ha transcurrido,

cuarenta años han pasado
desde su óbito temprano
y no ha existido soprano
que la haya aún igualado

y, con los pies en el suelo,
yo tengo que decir hoy:
“no relief’s possible, boy”,
no hay relevo ni consuelo.

No sé si coincidirán
en eso ustedes conmigo,
espero que lo que digo,
al menos, comprenderán

y, si al cielo van, por buenos
y la encuentran en el coro,
díganle cuánto la adoro
y cómo la echo de menos.

© Xabier Abando, 26/02/2018

(*) la palabra “relief” tiene el doble significado de “relevo” y “consuelo”