Bruno Tutaya

MADRE

Te volví a soñar

y mi alma testigo de tu amor

nuestra historia recordó.

 

Un fresco perfume

sabor a campo y hierba

envolvía nuestro hogar.

Con dulce sonrisa

y tierna mirada  

cocinabas con afán

en tu viejo perol.

 

Sentado sobre un roble

ayudaba acomodar  

los insumos que usarías

Tu mirada tu sonrisa

cual cálida brisa   

se posaron sobre mí

y tu suave voz oí decir

pronto has de partir.

 

Aquellos que la noche

no detienen su mirar

se acercaron hacia a mí

cual familia que se alejan

esperando su retorno

uno tras de otro

un abrazo recibí.

 

Por lugares muy lejanos

                  que llevó mi andar gitano                  

el eco de tu voz

con el viento llegó a mí     

despertando en mi alma y corazón   

el ardiente deseo de sentir

la magia de tu amor.

 

Por amor o por olvido

siendo tú mi enigma aquí

mi voz en silencio grita.

¡Oh, Madre!

Pronto he de volver

no sin antes conseguir

los insumos que has de usar

continuando sin parar 

tu sublime afán por cocinar.